Si buscas autenticidad en la cocina italiana y deseas escapar de las típicas cadenas, el Restaurante Piccolina es tu destino ideal. Situado en la Calle de María Santos Colmenar, 10, en San Sebastián de los Reyes, Madrid, este rincón culinario te transportará directamente a Italia con cada bocado.
Una experiencia culinaria auténtica
El Restaurante Piccolina se distingue por su cocina auténtica y casera. Desde el primer momento, se nota la pasión y el amor que su personal pone en cada plato. Los camareros son amables y diligentes, siempre dispuestos a ofrecer recomendaciones acertadas según los gustos del cliente. Este toque personal hace que cada visita sea única, haciendo que te sientas más como un invitado especial que como un simple comensal.
Platos que deleitan el paladar
En Piccolina, cada plato es una obra de arte. Las pizzas son una especialidad, hechas al momento con una masa que recuerda a la de las abuelas italianas. La pizza Filipa, por ejemplo, es ligera y deliciosa, con un sabor a ajo y albahaca que te hará querer repetir. La pizza 4 estaciones también es una opción popular, con su masa fina y su tamaño perfecto para una porción individual.
Pero no solo las pizzas se llevan el protagonismo. La pasta fresca es un must en este restaurante. Los tagliatelle al whisky y los saquitos de pasta fresca de pera son simplemente espectaculares. La combinación de la salsa bechamel con el sabor dulce de la pera y las lonchas de bacon crea una sinfonía de sabores que es difícil de olvidar.
Ambiente acogedor y opciones para todos
El ambiente en Piccolina es tranquilo y acogedor, perfecto para una cena romántica o una salida con amigos. La decoración es bonita y las mesas están bien espaciadas, lo que garantiza comodidad y privacidad. El restaurante ofrece varias opciones de servicio, como terraza, recogida sin entrar, entrega sin contacto, a domicilio, para llevar y, por supuesto, comer allí.
Un descubrimiento que vale la pena
Muchos de los clientes han descubierto este restaurante por casualidad y han quedado tan encantados que han vuelto varias veces en el mismo mes. La comida casera, la calidad de los ingredientes y el trato cercano de los dueños han convertido a Piccolina en un lugar de confianza para muchos. Los postres son irresistibles, destacando la tarta de queso con dulce de leche y la tarta de queso con salsa de fresas.
Si estás en la zona, ya sea después de una visita a Ikea o simplemente explorando, no dudes en hacer una parada en Piccolina. ¡Te aseguramos que no te arrepentirás!